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Tegucigalpa. (Tomado de Radio America).
El presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, dijo hoy que el Ejército de su país fue "benévolo" con el depuesto Manuel Zelaya, al permitirle salir del país, porque en realidad debería estar en prisión por los "delitos cometidos", e insistió en que lo suyo "no fue un golpe de Estado".
"El Ejército más bien creo, fue benevolente al permitir que el ex presidente (Manuel Zelaya), saliera del país, cuando en realidad tenía que haber entrado a las cárceles nacionales por los delitos cometidos en diferentes circunstancias", apostilló Micheletti.
Así lo aseguró en una entrevista con Radio Caracol de Colombia, en la que además indicó que "solo Dios sabe que puede hacer un ciudadano con la conducta del señor (Hugo) Chávez", quien amenazó con derrocarlo para restituir en el poder a su aliado Zelaya.
Sobre el presidente venezolano, agregó que se resistía a creer que el mundo aceptara injerencias en "situaciones que son internas de Honduras" y reclamó la "autodeterminación de los pueblos", la que, enfatizó, "hay que respetar".Insistió en que quería comunicarle "al mundo que aquí, en este país, no ha habido un golpe de Estado", sino "una sucesión constitucional" provocada por las debilidades del depuesto Zelaya.
Al ser interrogado sobre el rechazo de presidentes de diferentes tendencias y de organismos internacionales que no lo reconocen como nuevo mandatario, indicó que no ha hecho nada ilegal. "Reitero, no hemos hecho nada ilegal y en la medida en que los pueblos del mundo se vayan dando cuenta que en este país no ha habido un golpe de Estado, sino una sucesión constitucional, se darán cuenta de lo que realmente ha pasado en el país", puntualizó Micheletti.
De otro lado, indicó que seguirá en el poder porque fue la decisión expresada por el pueblo a través del Congreso Nacional, del cual era presidente y que lo nombró tras la salida de Zelaya. Explicó, por ejemplo, que los ministros del anterior Gobierno están en el país e "incluso algunos están ejerciendo sus labores, contentos".
Puntualizó que la única funcionaria que salió del país, "por voluntad propia", fue la canciller Patricia Rodas, quien está en México. Aunque no precisó sobre sus próximas acciones como gobernante, indicó que trabajará con los "ministros que demuestren su voluntad de entregarle amor a Honduras" y dijo saber que algunos de ellos estaban "obligados" por el depuesto mandatario.
Explicó que, si bien es cierto en su país no tienen el ciento por ciento de aceptación, sí tienen "un 80 por ciento que aplaude la decisión del Congreso Nacional".
Indicó, por ejemplo, que las gentes han estado yendo a sus trabajos en forma normal. "Queremos compartir con los pueblos del mundo, el progreso y la paz", añadió. Agregó que ese respaldo es porque Zelaya estaba llevando al país a un régimen diferente al que se ha vivido "en los últimos 29 años en Honduras".
"Aquí hubo un momento que parecía que no había presidente sino un rey o un dictador, quien ordenaba qué cosas se debían hacer, sin respetar a nadie", matizó Micheletti, quien agregó que Zelaya llevó al país a tener enfrentamientos con los diferentes poderes, pues quiso reformar la Constitución para hacerse reelegir.
Micheletti juró el cargo este domingo después de que las Fuerzas Armadas detuvieran ayer en horas de la madrugada y deportaran a Costa Rica al presidente Zelaya, en una acción rechazada de forma unánime por la comunidad internacional.