“He recibido documentos mostrando de que manera hay cargos pendientes y formulados en contra de Zelaya”, dijo el secretario de la OEA, José Miguel Insulza.
El Ejército de Honduras desplegó vehículos sobre la única pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Tegucigalpa, cuando el avión del presidente derrocado Manuel Zelaya se aprestaba a aterrizar.
"Si tuviera un paracaidas me lanzaba" dijo Zelaya quien que se comunicaría en los próximos minutos con sus colegas de Argentina, Ecuador y Paraguay en San Salvador, El Salvador. Además solicitó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que tome las medidas necesarias para retornar al poder.
En una entrevista al aire dijo: "Les pido al estado mayor de las fuerzas armadas que cumplan esta orden de abrir el aeropuerto para no tener problema en el aterrizaje", dijo Zelaya durante una transmisión de la televisora Telesur desde el avión que lo transportaba. "Nadie puede obligar a regresarme".
Mientras Zelaya se encontraba en el aire, fuertes disturbios ocurrieron cuando la policía reprimió a una multitud de manifestantes concentrada en los alrededores del aeropuerto. Uno de los hombres que intentaba derribar una cerca resultó muerto de una balazo en la cabeza, según constató en el lugar un reportero gráfico de AP. La víctima es un joven de 19 años es Isis Obet Murillo originario de Olancho.
Jefry Barahona, vocero de Cruz Roja, dijo a AP que "hay una mujer de 42 años acuchillada y hemos atendido alrededor de 30 más por golpes, lesiones y afectadas por gases lacrimógenos".
Miles de seguidores del gobernante depuesto habían llegado al aeropuerto tras participar en una marcha de por lo menos un kilómetro de longitud. En el terminal permanecían apostados varios francotiradores.
La aeronave con matrícula venezolana YV-1496 despegó del aeropuerto Dulles de Washington con Zelaya, la ex-canciller hondureña Patricia Rodas, el presidente de la asamblea general de la ONU Miguel D'Escoto, su secretario y su médico, el ex embajador hondureño ante la OEA Carlos Sosa, dos periodistas y un guardaespaldas.
Minutos después, despegó otro avión con los presidentes de Ecuador, Argentina y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para acompañar el retorno de Zelaya, que tendría como destino final San Salvador.
Sin embargo, el director general de aeronáutica civil de Honduras, Alfredo San Martín, dijo en cadena de radio y televisión que "la aeronave que transporta al ciudadano Manuel Zelaya ha sido dirigida a El Salvador" y no a Tegucigalpa. El gobierno instaurado tras el golpe de estado ha reiterado que impediría el aterrizaje de cualquier aeronave en la que pudiera llegar el mandatario defenestrado.
El presidente designado Roberto Micheletti denunció en cadena de radio y televisión que "Nicaragua está moviendo algunas tropas hacia la frontera" de Honduras, por lo que pidió al presidente Daniel Ortega que "por favor respete nuestra soberanía".
Ortega calificó como "totalmente falsa" la afirmación de Micheletti.
"Esta no es más que una burda maniobra de los golpistas... para tratar de difundir ideas y desviar la atención de que el conflicto que está viviendo Honduras y los golpistas es con Nicaragua. No hay ningún conflicto con Nicaragua", agregó en declaraciones transmitidas por el canal 4.
El gobernante ecuatoriano Rafael Correa dijo que desde San Salvador observará "si logra aterrizar el presidente José Manuel Zelaya y cree que es prudente que lo acompañemos enseguida viajaremos a Tegucigalpa. Si es que no puede aterrizar pese a todos sus intentos, lo esperaremos en San Salvador, que es a 20 o 30 minutos".
Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos dijeron que si el avión de Zelaya es desviado a El Salvador, el líder derrocado volvería el lunes a seguir con sus "consultas" en Washington.
Maritza Somoza, dirigente de la Confederación Unitaria de Trabajadores, dijo a radio América de Honduras que "estamos alegres porque viene el presidente, venimos a recibirlo como se merece. Zelaya es el único presidente que tiene Honduras".
El canciller Enrique Ortez dijo a la AP que "por prudencia" se "ha dado la orden al ejército y la policía de no dejar entrar aviones que no se identifiquen o sin planes de vuelo por cualquier aeropuerto de la nación". No precisó cómo se impedirá la eventual llegada de la nave con el presidente derrocado.
La Iglesia Católica y el comisionado nacional de derechos humanos también pidieron a Zelaya no volver, para evitar "derramamiento de sangre".
Los funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato para acatar normas establecidas por el Departamento de Estado, dijeron que adicionalmente a los esfuerzos diplomáticos realizados en Honduras por la OEA, Estados Unidos establece sus propios contactos y acercamientos con varios actores, a los que no identificó.
El gobierno de Micheletti también ha dicho que arrestará a Zelaya, a pesar de la condena y aislamiento internacional al que ha sido sometido por derrocarlo.
En la víspera la OEA suspendió a Honduras de sus filas después de que fracasaron los esfuerzos del secretario general de la organización de gestionar en Tegucigalpa el viernes la restitución de Zelaya.
Micheletti ha dicho que no existió un golpe de estado sino una sucesión legal del poder que fue avalada por la Corte Suprema y el Congreso y renunció a la OEA.
La vicecanciller Martha Lorena Alvarado dijo que el presidente de la Corte Suprema de Honduras, Jorge Rivera, envió una misiva a la OEA en la que manifestó "la disposición de conducir conversaciones de buena fe con una misión de representantes de estados miembros de la organización acompañados de representantes de la secretaría general".
Las fuentes del gobierno estadounidense confirmaron que funcionarios del gobierno de facto han comunicado a la OEA que están interesados en iniciar un diálogo, lo cual interpretaron como una seña positiva.