Delegados del gobierno interino de Honduras y del destituido mandatario Manuel Zelaya inauguraron un diálogo, supervisado por la OEA, que busca resolver la crisis política desatada desde el 28 de junio.
La mesa de negociación fue instalada en un hotel de la capital y bajo verificación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y una decena de cancilleres y vicecancilleres.
"No estamos aquí para hacer recriminaciones mutuas. Estamos aquí para buscar soluciones concretas a una situación que no puede prolongarse", destacó en su discurso Insulza, quien admitió que las presiones de la comunidad internacional no han tenido éxito en forzar el retorno del orden democrático en Honduras.
Insulza reclamó logros claros y que sean adoptados en consenso, pero exigió una serie de condiciones para que el diálogo sea exitoso.
Entre sus reclamos está mejorar la condición de Zelaya y sus seguidores, la apertura de los medios clausurados afines al derrocdo mandatario canal 36 y radio Globo, el que los negociadores tengan el poder vinculante en la toma de sus decisiones, la suspensión de las protestas y actos de violencia.
Al mismo tiempo, lamentó el aislamiento de Honduras de la comunidad internacional, al recordar su suspensión del organismo regional.
El canciller Carlos López pidió en su discurso a la comunidad internacional que apoye las elecciones previstas para el 29 de noviembre y "cesar las medidas discriminatorias", al referirse a las medidas impuestas por varios países contra el régimen interino.
También pidió a los seguidores de Manuel Zelaya que cesen los actos violentos en las manifestaciones.
A nombre de la misión de cancilleres y vicecancilleres habló el ministro de Estado para América Latina de Canadá Peter Kent, que expresó su optimismo en la buen voluntad de las partes para llegar a un arreglo.
Víctor Meza, ministro de Gobernación y representante de Zelaya en la mesa, defendió el acuerdo de San José, propuesto por el presidente Oscar Arias, que establece la restitución del mandatario depuesto, y denunció la represión de una manifestación en las afueras de la embajada de Brasil, donde se refugia el presidente depuesto desde el 21 de septiembre que regresó en secreto a Honduras.
Señaló que a lo largo de 30 años en la historia hondureña han existido varios diálogos, los cuáles algunos han llevado a arreglos como la creación del Ministerio Público y la separación de la policía como parte de las Fuerzas Armadas, proceso que considera no terminado "como lo demuestran los actuales acontecimientos".
El diálogo abrió a las 12H20 locales con más de dos horas de retraso y en medio de un amplio despliegue de militares y policías fuertemente armados.
La delegación de cancilleres, la segunda que llega a Tegucigalpa tras la que pasó sin éxito en agosto pasado, intenta lograr una salida a la crisis institucional provocada por la destitución de Zelaya y su expulsión del país el 28 de junio.