La Ceiba,
Honduras
Una mujer resultó hoy herida al explotar un artefacto de baja potencia en un autobús de pasajeros de una empresa Catisa propiedad del presidente de Honduras, Roberto Micheletti, en La Ceiba.
El portavoz de la Policía Nacional, Orlin Cerrato, dijo a Efe que la mujer lesionada estaba recibiendo atención en un hospital de La Ceiba, unos 400 kilómetros al norte de Tegucigalpa, aunque no precisó la gravedad de las heridas, mientras que otros cinco pasajeros resultaron ilesos.
La afectada fue identificada como Delmis Mejía, dijo a los medios locales otra fuente policial, el inspector Daniel Molina, al explicar que el 50 por ciento del vehículo resultó quemado.
Cerrato añadió que el explosivo, cuyas especificaciones todavía se desconocen, era de baja potencia y que en el vehículo sólo viajaban seis pasajeros, que habían partido de San Pedro Sula y se dirigían hacia La Ceiba.
El artefacto fue colocado en un portaequipajes del interior del autobús y la explosión se produjo cerca de la entrada de La Ceiba, alrededor de las 15.00 horas locales (21.00 GMT), agregó el portavoz.
La unidad que quedó destruida y sus vidrios como asientos también fueron dañados. Los apagafuegos llegaron casi inmediatamente a controlar el siniestro que quemó la mitad del bus.
Una segunda bomba, que estaba en el maletero del autobús, no llegó a explosionar, apuntó. El vehículo pertenece a la empresa Catisa, que cubre varias rutas de transporte interurbano en la región caribeña de Honduras y es propiedad de Micheletti, quien fue designado presidente del país por el Parlamento tras la salida de Manuel Zelaya el 28 de junio.
Las autoridades policiales informaron que preliminarmente la bomba fue hecha con tubos y cables, pero están investigando el origen de su fabricación.
El tránsito en el sector permanecía paralizado mientras las autoridades trataban de desactivar el segundo explosivo. El vehículo fue trasladado a otro sector de la ciudad para inactivar la otra bomba, o hacerla estallar sin que corran peligro vidas humanas, dijo el capitán Salvador Miralda.
Afortunadamente, en el autobús venía pocos pasajeros, y eso "evitó que la tragedia fuera mayor", dijo Miralda.
Esta es la primera ocasión en las que alguna persona resulta herida en estos ataques, por los que todavía no se ha producido ningún detenido
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