*** El general Cuellar asume el cargo pro dos años, según manifestó el presidente Lobo Sosa en respeto a las normas de la institución armada.
Tegucigalpa, Honduras
El presidente Porfirio Lobo Sosa, juramentó al general Carlos Antonio Cuellar, como el jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas en sustitución del general Romeo Vásquez Velásquez, por un período de dos años, respetando la normativa de esa institución armada.
La determinación fue adoptada por el mandatario, en medio de supuestas críticas y presiones internacionales, luego de evaluar una terna presentada por la oficialidad castrense, donde se honró al general Cuellar, que se desempeñaba como el inspector de General.
Según Lobo Sosa, la escogencia se hizo en base a la legislación castrense y por los méritos, trayectoria, jerarquía y liderazgo, de Cuellar, que se desempeñaba como inspector general de las Fuerzas Armadas y miembro de la Junta de Comandantes.
En tal sentido, Cuellar juró ante el mandatario y sobre la Constitución de la República cumplir y hacer cumplir las leyes del país, a la vez en breves declaraciones a la prensa, expresó que su nombramiento es “un alto honor y una gran responsabilidad”.
Agregó que está preparado para asumir las responsabilidades y que muy pronto hará las selecciones de otros oficiales quienes le acompañarán en la integración de la Junta de Comandantes, fundamentado siempre en la jerarquía, méritos y liderazgo al interior de las Fuerzas Armadas.
Al momento de la juramentación también participo el ministro de Defensa Marlon Pascua y el ministro de Gobernación, entre otros funcionarios del gobierno actual.
Extraoficialmente se dijo que sectores políticos e internacionales se oponían a que un miembro de la actual junta de comandantes asumiera el cargo, por suponerlos ligados o responsables a los hechos que se promovieron tras la destitución del ex presidente Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio del 2009.
Cuellar asume el cargo que deja el general Romeo Vásquez, después de haber cumplido dos períodos en el cargo, por disposición del ex presidente Manuel Zelaya, que sin duda había provocado “malestar” al interior de las Fuerzas Armadas.
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