Por: Carlos Martínez Zepeda
San Pedro Sula
La alegría del aumento al salario minímo poco a poco se esta convirtiendo en una pesadilla para miles de empleados, ya que algunos disfrutaran de los 5,500 lempiras pero una gran mayoría se quedará desempleada, pues a partir de hoy en muchas empresas privadas han comenzado a repartir los famosos sobres blancos.
Pero el efecto de rebote también comienza a darse entre los empleadores, pues muchos obreros que ya gozaban del mencionado sueldo ahora están exigiendo un incremento por antiguedad o por ser de mayor rango que sus compañeros, lo que es gusto para un determinado sector.
El fin de semana visite un restaurante de renombre en esta ciudad y me ví sorprendido cuando el administrador del negocio me abordo y me decía, "me permite sentarme un momento con usted y mostrarle la planilla del negocio", a lo cual accedí.
Me mostró los salarios de sus empleados que van desde 3,500 lempiras hasta 5,500, pero me daba un detalle adicional, que los meseros, cocineros, cantineros y cajeros reciben un pago extra por propinas por lo que alcanzan salarios que van entre los siete y diez mil lempiras, los que están arriba del minímo.
Por tal decisión el propietario del restaurante ya le ordeno a su administrador rebajar la planilla de 31 empleados a 19, lo que significa 12 hondureños mas sin trabajo y sus sueños de incremento reducidos al pago de sus prestaciones, las que seguramente les duraran muy poco por el alto costo de la vida.
Este fenómeno comienza a repetirse en toda Honduras por lo que nos preguntamos valió la pena ese aumento que le dará felicidad a unos pocos y desgracia a otros, es verdad todos merecemos un buen salario, gusto para poder vivir honradamente y llenar nuestras espectativas de vida, pero no a costillas de otros.
No pretendo defender a la empresa privada, ellos cosecharon lo que cultivaron, jamás hablaron de rebajas en los precios de los productos o servicios que prestan, a pesar que los combustibles a disminuido en un 50%, pareciera que vivimos en una selva donde solo el mas fuerte sobrevive, sin importarnos lo que le pasa al que viene atrás.
Hoy solo nos queda esperar que va suceder en el mes de enero del 2,009 y mientras unos pocos recibirán el año nuevo con bombos y platillos otros ya están deseando que el año viejo no se valla, pues la crisis económica llegara antes de tiempo a miles de hogares hondureños.
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